-
16:30
-
16:00
-
15:40
-
15:20
-
15:00
-
14:40
-
14:20
-
14:00
-
13:30
Síguenos en Facebook
Bélgica: éxito de los radares o simple coincidencia estadística?
Con casi 400 radares por millón de habitantes, Bélgica posee el récord mundial del mayor número de dispositivos de control de velocidad. Las autoridades defienden esta política, que ha venido acompañada de una fuerte disminución de la mortalidad vial: las muertes en autopistas pasaron de 110 en 2019 a 54 en 2024, es decir, una reducción del 50% en cinco años. En el conjunto de la red vial, la mortalidad descendió un 32%, frente a una media del 13% en la Unión Europea.
Los especialistas atribuyen estos resultados directamente a la expansión masiva de los radares y al endurecimiento de los controles. “Un radar de tramo puede reducir hasta un 50% el número de muertos y heridos graves”, señalan expertos belgas en seguridad vial. Desde la eliminación de los márgenes de tolerancia en 2022, cada exceso de velocidad se sanciona automáticamente, creando un clima de disuasión constante: superar el límite en Bélgica implica un riesgo inmediato.
Los estudios de comportamiento confirman esta tendencia. Según una encuesta de Ipsos y Vinci Autoroutes, el 21% de los conductores belgas afirma respetar las normas de tráfico principalmente por miedo a las multas, frente al 14% de media en Europa. En otros países, los conductores mencionan la responsabilidad personal o la seguridad. En Bélgica, el castigo parece ser un motor más fuerte que la educación o la prevención.
Sin embargo, esta estrategia no convence a todos. Varias asociaciones critican una lógica recaudatoria, recordando que en 2024 se cobraron 577 millones de euros en multas. Aseguran que los radares sirven tanto para generar ingresos como para mejorar la seguridad. Las autoridades responden que el 80% de esos fondos se reinvierte en el mantenimiento de carreteras, señalización y campañas de prevención.
Actualmente, Bélgica registra 37 muertes por millón de habitantes, un índice inferior a la media europea, aunque todavía lejos de países como Noruega o Dinamarca, donde el número de radares es mucho menor. En estos países, la formación de los conductores, la calidad de las infraestructuras y la responsabilidad individual son los pilares de la seguridad vial.
No obstante, la coincidencia es clara: la reducción de la mortalidad en las carreteras belgas coincide con la intensificación de los controles. Los radares, aunque no sean la única solución, han transformado de manera visible el comportamiento de los conductores.