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Cambios energéticos estratégicos y luchas por el poder global
Miguel Golmayo, capitán de navío y experto en energía e inteligencia militar, presenta su nuevo libro La fiebre del oro verde: geopolítica de las energías renovables, tras el éxito de su obra anterior sobre hidrocarburos. Actualmente consejero de Defensa de España ante la OSCE, Golmayo analiza las dinámicas geopolíticas ocultas detrás del auge de las energías renovables y advierte sobre una posible dependencia futura de minerales estratégicos.
En entrevista con 20minutos, Golmayo asegura que la llamada "transición energética" es en realidad un mito. A lo largo de la historia, las nuevas fuentes energéticas no han sustituido a las anteriores, sino que se han añadido a la combinación existente. Aunque el uso de renovables crece, su impacto se limita mayormente a la electricidad, que representa solo el 20% del consumo energético en España. El país sigue dependiendo en un 74% de hidrocarburos, una cifra que se eleva al 80% en el contexto mundial.
Critica las políticas energéticas de la Unión Europea por buscar independencia mediante renovables mientras se deja de lado la energía nuclear, que considera esencial. A diferencia de EE.UU. o Noruega, que cuentan con recursos propios, Europa carece de producción energética significativa y por ello no puede permitirse prescindir de la nuclear sin graves consecuencias industriales y agrícolas.
La invasión rusa de Ucrania obligó a Europa a reducir su dependencia del gas ruso, lo que aceleró la inversión en energías renovables. Sin embargo, Golmayo alerta que la tecnología y los minerales necesarios para paneles solares y aerogeneradores provienen en su mayoría de China, lo que podría traducirse en una nueva dependencia, ahora hacia Pekín. A su juicio, si Europa no controla estos recursos, su autonomía energética será solo aparente.
China, explica, lidera el mercado de renovables y de minerales críticos gracias a una estrategia estatal fuerte, energía eléctrica barata y control total del mercado interno. A diferencia de Europa, su independencia energética es una realidad basada en planificación, no en ideología ambientalista.
Golmayo concluye comparando los conflictos energéticos del pasado con los actuales. Según él, Donald Trump muestra un claro interés por Ucrania y Groenlandia no por razones ecológicas, sino por su riqueza minera. En su análisis, el nuevo escenario de poder global no gira ya en torno al petróleo, sino en torno al dominio de las materias primas que alimentarán la revolución verde.