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Ciudad moderna, calles destrozadas: la gran paradoja de Casablanca

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Ciudad moderna, calles destrozadas: la gran paradoja de Casablanca
con un bolígrafo: Sahili Aya
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Aunque la capital económica de Marruecos pretende ser una vitrina de modernidad, el deterioro de sus carreteras refleja una gestión urbana desigual y a menudo ineficaz.

Los residentes de varios barrios de Casablanca, incluidos los más acomodados, denuncian el mal estado de las infraestructuras viales. Baches profundos, aceras mal diseñadas, badenes improvisados y asfalto irregular empañan la imagen de una ciudad que aspira a ser moderna e “inteligente”.

Muchos ciudadanos señalan además la falta de equidad en los programas de rehabilitación: los grandes bulevares y avenidas principales se renuevan con frecuencia, mientras que las calles secundarias y los callejones permanecen en un estado deplorable.

En Aïn Diab, zona turística emblemática de la metrópoli, los vecinos se quejan de la precariedad de las calzadas y aceras. Las carreteras estrechas, los baches y los badenes desiguales contrastan con la imagen de lujo del distrito.

A este problema se suma el caos del estacionamiento ilegal. En muchos barrios, los conos naranjas y las botellas llenas de cemento se utilizan para “reservar” plazas de aparcamiento, una práctica tan común como molesta.

En declaraciones a H24Info, Said Mouhtadi, presidente de la Asociación Nacional Sanad por la Justicia Social, lamentó que, a pesar del gran presupuesto asignado, las prioridades estén mal definidas.
“Se invierte en avenidas ya renovadas, mientras muchas calles siguen en un estado lamentable”, denunció.

Sobre la proliferación de badenes, recordó que su instalación es ilegal: “La ley los considera un obstáculo para la circulación. Su retirada es responsabilidad exclusiva de los presidentes comunales, que deben ordenar a la policía administrativa actuar”.

El activista advirtió que estos badenes irregulares han provocado varios accidentes, especialmente entre los motoristas. Solo se permiten cerca de escuelas, hospitales o centros para personas con movilidad reducida, y siempre bajo normas estrictas: no más de 2 o 3 centímetros de altura, y con un diseño seguro para los vehículos.

Mouhtadi subrayó finalmente que otros peligros, como los baches o alcantarillas sin tapa, también son responsabilidad directa de las comunas locales, que tienen la competencia legal para intervenir.



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