Exministro de Transporte ruso hallado muerto tras destitución repentina

Roman Starovoït, exministro de transporte de Rusia, fue hallado muerto en lo que las autoridades sospechan que fue un suicidio, pocas horas después de que el presidente Vladimir Poutine lo destituyera de su cargo. Los investigadores rusos han confirmado que las pruebas preliminares apuntan a un acto autoinfligido, aunque la investigación sigue en curso para esclarecer las circunstancias exactas del suceso.

El despido de Starovoit, anunciado el lunes por la mañana, llegó tras un periodo turbulento para el sector del transporte en Rusia. Durante el fin de semana, ataques con drones ucranianos provocaron importantes interrupciones en el tráfico aéreo ruso, lo que llevó a la cancelación y retraso de numerosos vuelos que afectaron a miles de pasajeros en todo el país. Estos ataques, parte de la estrategia de Kiev para atacar infraestructuras militares y críticas en territorio ruso, obligaron a cerrar repetidamente el espacio aéreo a los vuelos civiles.

Como consecuencia de estas interrupciones, las aerolíneas rusas cancelaron 485 vuelos, redirigieron 88 y retrasaron 1,900 vuelos entre el sábado y el lunes. Estos desafíos operativos resultaron en la devolución de 43,000 boletos y el alojamiento de 49,000 pasajeros, dejando a las aerolíneas con pérdidas financieras estimadas en cientos de miles de euros.

Tras la destitución de Starovoit, Andrey Nikitin, su adjunto y exgobernador de la región de Novgorod, fue designado como ministro de transporte interino. Nikitin enfrenta ahora la ardua tarea de mitigar las consecuencias de los ataques en curso y estabilizar la infraestructura de transporte del país.

Antes de convertirse en ministro de transporte, Starovoit se desempeñó como gobernador de la región de Kursk, que ha sufrido crecientes incursiones ucranianas en los últimos meses. En su carrera previa, lideró la Agencia Federal de Carreteras de Rusia durante seis años, ganando reconocimiento por sus contribuciones al sector del transporte. Su repentina destitución y trágica muerte marcan un momento significativo en los desafíos internos y externos que enfrenta Rusia.