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GenZ212 impulsa el boicot nacional a las empresas de Akhannouch
El movimiento de protesta GenZ212 ha intensificado su llamado para que el primer ministro Aziz Akhannouch dimita, instando a los marroquíes a boicotear todas las empresas vinculadas al empresario multimillonario. La campaña, que circula ampliamente en las redes sociales, busca ejercer presión económica sobre una de las figuras más poderosas de Marruecos, al tiempo que exige reformas sistémicas en la gobernanza, la sanidad y la educación.
El boicot apunta a una serie de empresas relacionadas con Akhannouch, entre ellas Afriquia Gaz, Akwa Group, Aujourd’hui Le Maroc, Fairmont Hotel, Gap, Mini Bahim y Zara. Como la figura política más rica de Marruecos, la amplia cartera empresarial de Akhannouch abarca sectores clave como la energía, los medios de comunicación, el turismo y el sector inmobiliario.
Los críticos acusan al jefe de gobierno de anteponer sus intereses privados al bienestar nacional. Muchos dentro del movimiento de protesta sostienen que la creciente concentración de riqueza e influencia en sus manos refleja un fracaso más amplio de la gobernanza y la rendición de cuentas.
Según los informes financieros de 2025, la fortuna de Akhannouch se estima en 1,6 mil millones de dólares, lo que lo sitúa entre las personas más ricas de África. Para los activistas de GenZ212, este nivel de riqueza simboliza una desigualdad profundamente arraigada en la sociedad marroquí, que debe enfrentarse mediante una resistencia económica pacífica.
El boicot forma parte de una ola de protestas más amplia que exige reformas sociales tangibles. Los manifestantes argumentan que la fuerte inversión del Estado en infraestructuras deportivas, incluidas las preparaciones para la Copa Africana de Naciones 2025 y el Mundial de la FIFA 2030, contrasta con la falta de financiación de los sectores públicos esenciales. Muchos consideran estas prioridades como un ejemplo del gasto nacional mal dirigido en un momento de tensión económica.
Los manifestantes presentan el boicot como un deber cívico más que como un acto político, destacando que retirar el apoyo financiero a las empresas de Akhannouch representa una forma pacífica pero poderosa de disidencia. El movimiento GenZ212, impulsado en gran medida por jóvenes marroquíes, sigue creciendo en línea, utilizando hashtags y campañas digitales coordinadas para amplificar su mensaje a nivel nacional.
Esta nueva ola de descontento recuerda al boicot de 2018 que tuvo como objetivo a las empresas de Akhannouch y otros grandes distribuidores de bienes esenciales como agua, leche y combustible. Aquel movimiento tuvo importantes repercusiones económicas y obligó al gobierno a enfrentarse a la frustración generalizada por el dominio corporativo y el aumento del costo de vida.
En medio de esta renovada agitación, la atención se centra ahora en el rey Mohammed VI, quien se espera que se dirija al Parlamento en un próximo discurso. Los manifestantes esperan que su mensaje reconozca la ira pública y anuncie posibles medidas de reforma.
Para muchos jóvenes marroquíes, sin embargo, la campaña GenZ212 es más que una declaración política: es un llamado colectivo a la rendición de cuentas, la equidad y la redefinición de las prioridades en una nación que busca equilibrio entre prosperidad y justicia.