Inundaciones en Asia: Contrarreloj para auxiliar a los supervivientes
Las inundaciones masivas y los deslizamientos de tierra que golpean varias regiones de Asia han dejado más de 1.160 muertos y cientos de miles de desplazados, lo que ha obligado a Indonesia y Sri Lanka a desplegar operaciones de rescate de gran escala para asistir a los supervivientes.
En Indonesia, donde las lluvias torrenciales y los deslizamientos han provocado más de 630 víctimas mortales, la prioridad inmediata es llevar alimentos y suministros básicos a las zonas completamente aisladas. La Agencia Nacional de Gestión de Desastres informó el martes que más de un millón de personas han sido evacuadas, mientras las fuertes lluvias asociadas a dos ciclones tropicales azotaban Sumatra y partes del Sudeste Asiático.
Los expertos en clima recuerdan que el calentamiento global intensifica los episodios de lluvia extrema, ya que una atmósfera más cálida retiene más humedad y unos océanos más calientes pueden potenciar las tormentas. Aunque las precipitaciones han disminuido, permitiendo que parte del agua retroceda, el desastre ha dejado comunidades enteras en estado crítico, sin acceso a alimentos, agua potable ni combustible.
En Aceh, una zona todavía marcada por el tsunami de 2004, los habitantes describen escenas de compras de pánico ante el temor de desabastecimiento. Muchos esperan durante horas para conseguir combustible, mientras los precios de productos esenciales se disparan.
Ante esta situación, el gobierno indonesio anunció el envío de 34.000 toneladas de arroz y 6,8 millones de litros de aceite de cocina a las provincias más afectadas: Aceh, Sumatra del Norte y Sumatra Occidental. Varias voces reclaman que el presidente Prabowo Subianto declare el estado de emergencia nacional para acelerar la entrega de ayudas.
Las organizaciones humanitarias advierten de que la situación podría agravarse si las cadenas de suministro no se restablecen en los próximos días. Islamic Relief alertó de que las comunidades de Aceh corren “serios riesgos de escasez de alimentos y hambruna” en menos de una semana si la ayuda no llega a tiempo.
En Sumatra, donde 472 personas siguen desaparecidas y más de 2.600 han resultado heridas, los vecinos relatan el terror de ver cómo el agua irrumpía de forma súbita. “Fue como una ola de tsunami”, contó Zamzami, residente de Aceh Oriental.
En Sri Lanka, fuertes precipitaciones desencadenaron inundaciones repentinas y deslizamientos que han dejado al menos 390 muertos y cientos de desaparecidos. El presidente Anura Kumara Dissanayake declaró el estado de emergencia y prometió reconstruir las áreas destruidas tras “el peor desastre de nuestra historia”.
La Fuerza Aérea de Sri Lanka, con apoyo de India y Pakistán, continúa evacuando a los residentes atrapados y distribuyendo alimentos. Aunque las lluvias han disminuido, las alertas por deslizamientos siguen vigentes en la región central, la más castigada.