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La disputa de Argelia sobre el zellige marroquí genera conflicto cultural

Ayer 16:30
La disputa de Argelia sobre el zellige marroquí genera conflicto cultural
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Cuando Argelia recibió recientemente la medalla de plata en la Expo Osaka 2025 por mejor diseño exterior, su pabellón fue elogiado por presentar lo que los organizadores llamaron “Zellige argelino”.

La denominación fue más que incorrecta; distorsionaba la historia. El zellige, los intrincados mosaicos geométricos, es un arte exclusivamente marroquí sin orígenes argelinos. Nacido en las madrazas de Fez y perfeccionado en Marrakech y Meknès, el zellige representa las tradiciones arquitectónicas y artísticas centenarias de Marruecos, desde fuentes ornamentales hasta minaretes revestidos de azulejos y el interior de palacios.

Los orígenes del zellige están inseparablemente ligados a la historia arquitectónica marroquí. Surgido bajo los almorávides, refinado por los almohades y alcanzando su apogeo durante la dinastía merínida en los siglos XIII y XIV, los artesanos marroquíes desarrollaron un lenguaje visual complejo de estrellas entrelazadas, polígonos y motivos florales. Transmitido de maestro a aprendiz, cada azulejo cortado a mano se colorea con minerales naturales y se ensambla en mosaicos que simbolizan armonía e infinito, una precisión y continuidad únicas en Marruecos.

En los últimos años, Argelia ha intentado repetidamente presentar el zellige como parte de su patrimonio nacional. En 2022, el Ministerio de Cultura de Marruecos presentó una denuncia contra Adidas tras el uso de patrones inspirados en el zellige en camisetas de fútbol argelinas. Adidas confirmó posteriormente que los diseños se basaban en la artesanía marroquí. A pesar de ello, la narrativa argelina persiste, presentando el patrimonio marroquí como identidad colectiva del Magreb.

En la Expo Osaka, el pabellón argelino reforzó esta apropiación, mostrando mosaicos similares al zellige como “tradición local”. Tal representación errónea amenaza con diluir la autoría cultural de Marruecos. La sutil eliminación de la identidad artística, incluso cuando no se produce un robo abierto, socava la integridad del patrimonio nacional y del poder blando. Argelia incluso ha intentado registrar el “Zellige argelino” ante la UNESCO, complicando aún más las reclamaciones de Marruecos.

Para Marruecos, proteger el zellige es más que simbólico. La propiedad cultural afirma la autoridad sobre cómo se representa la historia a nivel global. Los artesanos marroquíes continúan formando nuevas generaciones en Fez, preservando siglos de artesanía. El zellige está registrado oficialmente en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, reforzando la custodia marroquí del arte.

El Ministerio de Cultura de Marruecos enfrenta ahora el desafío de traducir la condena en acción. Proteger las tradiciones marroquíes, incluido el zellige y el caftán, mediante marcos legales internacionales se ha convertido en una prioridad diplomática. La disputa con Argelia va más allá del arte, reflejando una estrategia más amplia de rivalidad por poder blando destinada a socavar la influencia regional de Marruecos.

El zellige es el objetivo más reciente de este conflicto cultural. Argelia ya había intentado reclamar el caftán marroquí y continúa desafiando la posición de Marruecos sobre el Sáhara, reflejando un patrón persistente de cuestionar la identidad cultural, política y territorial de Marruecos.



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