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La política africana en evolución de Marruecos: unidad, estrategia y resiliencia
La relación de Marruecos con África ha sido un viaje de unidad, fragmentación y elecciones estratégicas, moldeado por la historia, la diplomacia y la resiliencia. Durante décadas, el país ha equilibrado su identidad africana con decisiones calculadas, navegando por paisajes políticos complejos y esforzándose por la estabilidad regional.
El compromiso de Marruecos con la unidad africana se remonta a finales de la década de 1950, cuando fue uno de los pioneros en abogar por un continente unido. En 1958, participó en la Conferencia de Accra y acogió la reunión tripartita de movimientos de liberación en Tánger. En 1960, el Grupo de Casablanca se reunió en Marruecos con el objetivo de establecer un marco supranacional para la independencia y el desarrollo de África. A pesar de estos esfuerzos, la Organización para la Unidad Africana (OUA) se creó en 1963, adoptando el principio de la inviolabilidad de las fronteras coloniales, una postura que Marruecos inicialmente rechazó pero que terminó aceptando con reservas.
En 1984, Marruecos decidió abandonar la OUA después de que la organización admitiera a la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un acto que Marruecos consideró una violación de las normas legales. Sin embargo, esta retirada no fue un abandono de África, sino un paso calculado para preservar la unidad y evitar una mayor fragmentación. Décadas después, en 2017, Marruecos regresó a la Unión Africana (UA), sucesora de la OUA, para contrarrestar a sus adversarios y fortalecer sus alianzas estratégicas.
Una estrategia africana central
La política africana de Marruecos ha evolucionado a través de cinco etapas clave, cada una reflejando prioridades y desafíos cambiantes:
Integridad territorial: Marruecos enfrentó legados coloniales y disputas regionales. La Guerra de las Arenas con Argelia, que recibió un apoyo inesperado de naciones africanas y árabes, complicó los esfuerzos diplomáticos marroquíes. Sin embargo, la recuperación de Tarfaya (1959), Sidi Ifni (1969) y las provincias del sur (1975) marcó hitos importantes.
Salida de la OUA (1984): Un acto de protesta contra el reconocimiento de la RASD, reafirmando la defensa de su soberanía.
Retorno a la UA (2017): Una decisión estratégica para reforzar su influencia y contrarrestar a sus oponentes dentro del continente.
Cuestionamiento de la presencia de la RASD en la UA: Marruecos ha trabajado para reducir la influencia de la RASD, con cada vez menos países reconociéndola oficialmente.
Diplomacia económica: Desde finales de los años 80, Marruecos ha apostado por la cooperación económica como vía para fortalecer sus lazos africanos. Este cambio coincidió con transformaciones globales, como la evolución de la política africana de Francia y la caída de la Unión Soviética, lo que abrió nuevas oportunidades económicas.
Raíces históricas y lazos religiosos
La identidad africana de Marruecos está profundamente arraigada en la historia y la cultura. Desde la Batalla de Oued al-Makhazen en 1578 hasta su papel en la expansión del islam en África Occidental, su influencia ha moldeado la región durante siglos. Los vínculos religiosos, especialmente a través de la cofradía Tijaniyya y otras órdenes sufíes, siguen siendo un pilar en la diplomacia africana marroquí.
Las reformas religiosas modernas en Marruecos han reforzado estos lazos, combinando tradición con desafíos contemporáneos para consolidar una base estable en sus relaciones africanas.
Liderazgo económico en África
En las últimas décadas, Marruecos se ha convertido en uno de los principales inversores en África, especialmente en África Occidental.
Sector bancario: Entidades como Bank of Africa y Banque Centrale Populaire han reestructurado los sistemas financieros en países como Malí y Guinea. Industria agrícola: La Oficina Cherifiana de Fosfatos (OCP) ha liderado proyectos agrícolas, con plantas de fertilizantes en Nigeria, Etiopía y Ghana.
Para 2023, Marruecos se consolidó como el mayor inversor africano, con una inversión extranjera directa de 836 millones de dólares. Proyectos estratégicos como el gasoducto atlántico y la infraestructura regional han reforzado su papel clave en el desarrollo del continente.
Resiliencia y alianzas estratégicas
La política africana de Marruecos se basa en la paciencia, la resiliencia y el pragmatismo. En lugar de interferir en los asuntos internos de sus vecinos, el país ha optado por construir confianza y fomentar el desarrollo mutuo. Esto le ha valido una reputación como socio fiable y mediador.
Desde 1999, el rey Mohammed VI ha realizado 52 visitas a 29 países africanos, consolidando relaciones diplomáticas y firmando más de 600 acuerdos con 40 naciones africanas en sectores como energía, transporte y educación.
Una visión para el futuro
Marruecos ha cimentado su estrategia africana en el desarrollo mutuo, la responsabilidad y el respeto a la soberanía. En una región marcada por conflictos y rivalidades, Marruecos se ha posicionado como un pilar de estabilidad y progreso.
Frente a nuevos desafíos geopolíticos, su enfoque representa un modelo de cooperación y resiliencia, priorizando la prosperidad compartida sobre la división.
Marruecos demuestra que la unidad africana no es solo un ideal, sino una necesidad práctica alcanzable a través de asociaciones estratégicas y un compromiso constante con el desarrollo.