X

Síguenos en Facebook

Mawazine 2025 Angélica López hace vibrar el Chellah

Yesterday 07:20
Mawazine 2025 Angélica López hace vibrar el Chellah

En el corazón del sitio histórico del Chellah, iluminado por una luz tenue y acariciado por la brisa cálida de junio, la cantante colombiana Angélica López ofreció el domingo por la noche una actuación musical fascinante en el marco de la 20ª edición del Festival Mawazine Ritmos del Mundo. Ante un público numeroso y atento, la artista originaria de Cartagena presentó un repertorio que mezcla ritmos tradicionales de la costa caribeña, una voz profunda y una instrumentación diversa, transformando la antigua necrópolis en un espacio vibrante de celebración.

Desde su entrada al escenario, vestida con un vestido blanco con detalles dorados, Angélica López impuso una presencia elegante y generosa. Su primera canción, Madre Monte, marcó el tono: percusiones profundas, líneas hipnóticas de bajo y cantos inspirados en leyendas de la selva tropical que transportaron instantáneamente al público a un viaje sensorial. Acompañada por músicos con sombreros tradicionales, sentados sobre una alfombra roja como en un círculo ritual, ella transmitió un espíritu de comunión excepcional.

Los ritmos cadenciosos de la cumbia resonaron entre los muros centenarios, sostenidos por una orquestación que combina instrumentos ancestrales con toques modernos de pop. En un momento de complicidad, la cantante interpretó una versión sensual y precisa en español del clásico Sway. Bajo las notas suaves de una guitarra jazzística y el acompañamiento de maracas, algunos espectadores se animaron a bailar discretamente, prolongando la atmósfera cálida de la noche veraniega.

Uno de los momentos más destacados fue la introducción de la gaita, una flauta tradicional colombiana con un timbre grave y rugoso. Antes de tocarla, López contó sus orígenes indígenas, despertando curiosidad y respeto. Cuando el instrumento empezó a sonar junto a percusiones tribales, el público fue invitado a aplaudir, transformando la explanada en un gran corazón palpitante al ritmo de las tradiciones del norte de Colombia.

Más tarde, la suavidad regresó con una interpretación sensible de Bésame Mucho, acompañada por un saxofón melancólico. La cantante cerró su actuación con Colombia, un himno de su apego a sus raíces, entonado como un grito de alegría y memoria. Su voz potente y clara se elevó sobre las piedras milenarias, recibida con prolongados aplausos y ovaciones.

Radicada en Londres, Angélica López lleva años desarrollando un proyecto artístico singular: dialogar los sonidos de su tierra natal con las estéticas contemporáneas de la escena internacional. Ganadora de un Latin UK Award en 2018 por su álbum Madremonte, ha actuado en escenarios como WOMAD y el Royal Albert Hall, consolidando una apuesta por la valorización de patrimonios musicales olvidados. Su último EP, C’est la vie, continúa esta búsqueda de fusión, tejiendo puentes entre continentes y legados.

El domingo por la noche, en el Chellah, esta visión artística encontró una resonancia especial, en un lugar cargado de historia que se transformó, durante el concierto, en un territorio común de ritmos, memoria y encuentro. Bajo el Alto Patronazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, la 20ª edición del Festival Mawazine confirmó su ambición de convertir a Rabat y Salé en capitales del diálogo musical mundial. Y esa noche, gracias a Angélica López, los muros del Chellah vibraron con una emoción poco común, entre los ecos del pasado y las promesas del mañana.


Lire aussi