Advertising

El caballa marroquí conquista Europa mientras escasea en los mercados locales

08:41
 El caballa marroquí conquista Europa mientras escasea en los mercados locales
Zoom

Mientras muchas familias marroquíes tienen dificultades para comprar pescado en los mercados populares, un producto modesto está triunfando en Europa: la caballa en conserva, conocida localmente como kabayla. Este pescado, considerado durante años un alimento accesible para los más humildes, se ha convertido en una estrella de las exportaciones marroquíes, generando tanto beneficios como polémica.

En 2024, Marruecos exportó aproximadamente 7.200 toneladas de caballa en conserva, generando ingresos por 41,5 millones de euros. El país representa ahora el 99% de las exportaciones africanas en este segmento, convirtiéndose en líder continental del sector. Con un precio medio de 5.725 euros por tonelada, Marruecos impone incluso su ley en el mercado africano.

Sin embargo, este éxito exterior contrasta con la realidad nacional. En ciudades como Casablanca, Oujda o Taroudant, la caballa desaparece de los estantes o reaparece a precios comparables al atún blanco de alta gama, inaccesible para muchas familias. Lo que se produce en abundancia para la exportación escasea en el consumo interno.

A nivel continental, países como Nigeria, Etiopía y la República Democrática del Congo importan más de 275.000 toneladas de caballa en conserva al año, por un valor estimado de 177 millones de euros. En este contexto, resulta paradójico que Marruecos, productor principal, exporte gran parte de su producción mientras su propia población paga precios elevados por el mismo producto.

Para muchos observadores, esto refleja una desconexión creciente entre las estrategias industriales de exportación y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria interna. El modelo económico parece priorizar la rentabilidad exterior sobre el acceso local a proteínas básicas.

Así, mientras los barcos marroquíes regresan con redes llenas y contratos millonarios, muchas mesas marroquíes siguen vacías. Un éxito económico que revela una contradicción social difícil de ignorar.



Leer más