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Las tácticas implacables de Rusia provocan devastación en los frentes ucranianos
A medida que Rusia intensifica su campaña militar en Ucrania, las líneas del frente en la región de Dnipropetrovsk se han convertido en zonas de destrucción. Civiles ancianos como Valentyn Velykyi, que resistieron evacuar durante meses, se ven ahora obligados a huir de aldeas reducidas a escombros.
La guerra, la más grande en Europa desde 1945, se extiende a lo largo de 965 kilómetros. A pesar de las pérdidas catastróficas —más de un millón de bajas, según estimaciones occidentales— Rusia mantiene su ofensiva con tácticas suicidas, ataques con drones y bombardeos constantes. Los civiles viven con miedo, perdiendo hogares y familiares.
Las tropas rusas se acercan a nuevos territorios, y se especula que Dnipropetrovsk podría ser el próximo objetivo del Kremlin en su ambición por redibujar el mapa europeo. Los esfuerzos de evacuación están en marcha, liderados por autoridades locales y ONG que rescatan a personas de localidades devastadas como Maliyivka y Oleksandrivka.
En medio de escenas de destrucción, los residentes recuerdan un pasado perdido y enfrentan un futuro incierto. Mientras tanto, las fuerzas ucranianas prometen resistir a pesar de la escasez de drones, municiones y personal. Los mandos militares describen las tácticas enemigas como "insidiosas", implicando ataques masivos y operaciones suicidas.
Con las negociaciones de paz estancadas, los civiles siguen pagando el precio más alto. En pueblos como Oleksandrivka, los ataques con drones han matado a transeúntes inocentes, mientras que ciudades como Pavlohrad luchan por acoger a los desplazados. La guerra, alimentada por lo que muchos llaman las ambiciones imperiales de Putin, no muestra señales de resolución.